El agro peruano es uno de los principales motores económicos del Perú y también una de sus industrias más resilientes. Es un sector pujante que se ha mantenido en actividad constante en un contexto de momentos críticos, como el fenómeno de El Niño o la pandemia de la COVID-19, por mencionar un par de ejemplos.

Hoy, el agro se enfrenta a una crisis que trajo como consecuencia el retraso y encarecimiento de fertilizantes, agroquímicos y otros insumos importados que son esenciales para la producción. Esta situación también causa retrasos en el movimiento de frutas y hortalizas destinadas a mercados internacionales, que derivará en un exceso de inventario y la disminución de su precio.

Aunque el escenario es complicado, también constituye un momento para generar cambios y aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento, como todo periodo de crisis. La innovación es clave para lograr buenos resultados en el agro peruano a nivel de productos y de procesos internos, como veremos a continuación.

Más allá de la tecnología

La innovación es un proceso complejo que va más allá de implementar drones, modelos predictivos u otras herramientas tecnológicas. El agro peruano, por historia, es una industria innovadora. Solo basta recordar el paso de la agricultura por gravedad al riego por goteo, que marcó un antes y un después en el sector.

La innovación en las agroindustrias abarca desde la concepción de nuevos productos hasta el cambio sustancial o radical de los procesos agrícolas y posteriores a la cosecha. Estas iniciativas fueron posibles gracias al trabajo de las áreas de investigación y desarrollo (I+D), que acompañan a las áreas de producción y les brindan soporte científico de los procesos.

Hoy, cada vez más empresas son conscientes de la importancia de innovar en cuanto a productos y procesos, y apuestan por constituir sus propias áreas de I+D. Es importante fortalecer estas áreas mediante metodologías de innovación que permitan a las compañías enfocarse en los retos que exige el mercado actual.

Innovación de los productos agrícolas

La innovación de productos agrícolas se inicia con el análisis de tres variables principales:

• El mercado. Es importante entender qué buscan los consumidores modernos: productos más saludables que les ayuden a combatir enfermedades degenerativas y aumentar su calidad de vida.

• El entendimiento técnico. El nuevo producto que se implementará debe contar con su respectiva ficha técnica. Es responsabilidad de los especialistas que conocen el centro de origen y el potencial de los productos explorar territorios afines a ellos y proponer las adecuaciones tecnológicas para lograr un cultivo exitoso.

• Los indicadores financieros. Toda innovación debe generar valor para el negocio. Hay que preparar casos de negocio precisamente con la información de mercado levantada y el entendimiento técnico necesario para que el cultivo exprese su mejor potencial.

Innovación de los procesos del agro

La innovación de los procesos internos de las agroindustrias se inicia con la identificación de los flujos de procesos en cada etapa de la cadena de valor, desde la selección de semillas que se cultivará hasta el envase de las frutas u hortalizas y su envío al exterior. En ese sentido, existen procesos ya definidos en toda cadena del agro, como la siembra, la fertilización, la cosecha o el empaquetamiento.

La cadena de valor ofrece oportunidades de innovar en la medida de los cambios que pretende realizar el empresario: elevar la calidad de sus productos, automatizar los procesos internos, etc. En ese sentido, siempre existirán espacios para maniobrar de una forma distinta al resto de competidores.

Desafíos del agro respecto a la innovación

Las compañías agrícolas aún tienen un pensamiento muy tradicional y sus enfoques son muy verticales. En ese sentido, el primer reto importante es impulsar una cultura de la innovación que rete a los equipos e invite a cuestionar los procesos habituales del negocio y hasta la propia estrategia de crecimiento.

Otro factor que se debe considerar es que los cambios disruptivos en el agro toman tiempo. Por eso, hay que tomar decisiones con cierto nivel de riesgo. Ello puede generar suspicacia en un directorio o entorno de dirección agrícola donde se exige ser bastante productivo. En ese sentido, los gerentes deben ser diligentes en la gestión de sus recursos.

Por último, es importante entender que la innovación es un proceso colaborativo e invitar a todos los integrantes de la organización a formar parte de ella. Cada persona puede traer ideas interesantes y, cuando la innovación finalice, todos gozarán de sus beneficios. ¿Qué ejemplos de innovación has observado en el agro peruano durante la pandemia? Déjanos tu opinión.

* Luis Jose Montgomery es docente de los programas de agronegocios de ESAN