En la actualidad, el 95 % de empresas peruanas son pequeñas y medianas (pymes). Este sector fue muy golpeado por la crisis actual y atenderlo debería ser prioritario para el Estado. No obstante, hay que evitar una segmentación entre sectores más o menos prioritarios, ya que solo ocasionaría más desigualdades en vez de atender al empresariado en su conjunto.

La tributación para estos negocios debería ser más sencilla, porque la mayoría se gestiona bajo un sistema muy informal o, cuanto menos, es muy proclive a caer en estas prácticas. En ese sentido, aplicar un impuesto a la renta formalista y de estructura compleja, sumado al impuesto general a las ventas, desalienta la formalización de las pymes. Es mejor pensar en una simplificación tributaria, con un solo monto a cobrar y más fácil de fiscalizar, como es el caso de los monotributos. 

Beneficios adicionales

El 80 % de la economía peruana es producto de la informalidad. Por ello, se requiere un conjunto de medidas, por parte del Estado, que no solo apunten a reactivar estos negocios, sino también a comprometerlos con un aporte parar sostener el gasto público, así sea una porción mínima, como para no dejar sin recursos a ninguna empresa. Otro objetivo importante es la formalización de la mano de obra, para hacerla más productiva y generar puestos de trabajo.

El Estado no debe establecer un régimen tributario tan rígido y difícil de cumplir para las pymes, porque se verán motivas a operar fuera de la ley.

Como parte de ese nuevo pacto, el Estado debe enseñar a los empresarios a gestionar sus negocios de una manera más productiva y a adaptar nuevas tecnologías a sus procesos internos. Asimismo, debe facilitarles la búsqueda de oportunidades de crecimiento más ambiciosas. Un ejemplo de ello es el emprendimiento peruano que hoy exporta vodka hecho con papas nativas, galardonado en el ámbito internacional. 

El Estado no debe repetir el error de establecer un régimen tributario tan rígido y difícil de cumplir para las pymes, ya que estas no encontrarán en él ninguna ventaja y se verán motivadas a operar fuera de la ley, como lamentablemente viene ocurriendo en los últimos cincuenta años. Es una medida que debe llevarse adelante de mediano a largo plazo, porque no podría aplicarse en un horizonte inmediato, pero es imprescindible dar el primer paso, por tratarse de un problema tan crítico para el Perú.