Muchas empresas agroindustriales nacionales han invertido en el análisis de la demanda internacional de productos, como frutas y hortalizas, así como en la adaptación de las variedades de los productos identificados para atender de forma satisfactoria el exigente mercado internacional. De igual manera, han desarrollado importantes inversiones en campo, infraestructura, maquinaria, tecnología de producción y de riego, manejo poscosecha, procesamiento, envasado, desarrollo de marca, entre otros. Con estas inversiones, se ha logrado el posicionamiento de sus productos en importantes mercados internacionales. 

No obstante, existen riesgos en materia de política comercial que pueden generar pérdidas de competitividad frente a otros proveedores (locales o internacionales) en los mercados de destino. Si bien los tratados de libre comercio (TLC) han dinamizado el comercio hacia países como Estados Unidos y China, y la Unión Europea, gracias a las preferencias arancelarias que otorgan una competitividad en destino frente a otros países proveedores. Ello puede verse afectado si los gobiernos de los mercados de destino (como Estados Unidos o la Unión Europea) deciden iniciar procedimientos de defensa comercial ante una posible afectación de sus productores nacionales. 

Lealtad en la actividad comercial

La aplicación de una medida de defensa comercial resultará en una mayor protección arancelaria en el país importador (mayor pago de aranceles de importación). Sin embargo, el efecto varía dependiendo de la medida aplicada. Así, en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), existen tres acuerdos en materia de defensa comercial: el Acuerdo Antidumping, el Acuerdo sobre Subvenciones y el Acuerdo sobre Salvaguardias. Los dos primeros se refieren a prácticas de competencia desleal de uno o más países exportadores respecto de otro que es importador. En estos casos, la autoridad competente debe probar la existencia de una práctica de dumping o subsidio prohibido y el daño importante a los productores locales. 

En cuanto a las salvaguardias, estas medidas afectan al comercio leal de todo origen. Por ello, la autoridad competente no requiere probar la existencia de una práctica anticompetitiva como en casos anteriores, sino un incremento importante y reciente de las importaciones y la afectación grave a la industria local. Para aplicar esta medida, el país importador debe evaluar sus repercusiones al más alto nivel, mediante un análisis de efectos positivos y negativos para su imposición, ya que pueden afectar a diversos socios comerciales, usuarios industriales y/o consumidores finales. 

Caso de estudio internacional

En este contexto, resulta importante recordar el caso iniciado por Estados Unidos a las importaciones de arándanos en 2020, el cual generó un gran riesgo para las exportaciones desde diversos países (Chile, México, Canadá, Argentina y Perú). En el caso peruano, el riesgo fue mayor, porque el país se había posicionado como principal proveedor internacional de este producto en los Estados Unidos, con USD 519 millones exportados en 2019 y una clara tendencia creciente. 

La investigación realizada por la United States International Trade Comission (USITC) finalizó con la recomendación de no aplicar la medida en 2021, la cual fue adoptada por la Presidencia de la República no aplicándose ninguna medida de salvaguardia a la importación de arándanos en Estados Unidos. Sin embargo, este caso constituyó un importante riesgo para el desarrollo exportador peruano, considerando que el mercado estadounidense representó el 56 % del valor total exportado del arándano peruano en 2019. 

Por eso, es importante conocer los instrumentos de defensa comercial que pueden aplicar los países importadores que son destino de nuestros productos agrícolas, porque pueden afectar los indicadores de rentabilidad inicialmente evaluados en los proyectos de agroexportación, ante un encarecimiento de sus productos en su principal mercado de destino. Este aumento de precio podría tener como efecto una menor demanda y, por tanto, una reducción en los ingresos por ventas.

Por todo lo expuesto, es importante diversificar los mercados y productos, y monitorear el posicionamiento en los mercados de destino, a fin de mantenerse alertas ante el inicio de una posible medida de defensa comercial. ¿Ya realizaste estas actividades de diversificación y monitoreo en tu negocio? Cuéntanos tu experiencia.

* José Hernández Pino es docente del curso Salvaguardias comerciales, antidumping y antisubsidios: implicancias en proyectos de inversión agrícola del Certificado de Especialización en Financiamiento Agrícola del PEE en Agronegocios de ESAN. 

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