Hace algunas semanas recorrí toda la panamericana norte, de Lima a Tumbes, en mi propio auto. Uno se queda gratamente sorprendido al ver el crecimiento que han sufrido en los últimos años ciudades como Chimbote, Trujillo, Chiclayo, Piura y en menor medida Tumbes; aunque claro, falta mucho por hacer.

Gran parte de este crecimiento económico, que incluye un aumento del empleo, se ha generado por la actuación de las PYMES y de los emprendedores, quienes conforman la mayor parte del PBI del país. Por otro lado, el  crecimiento en el interior del país también se explica por la inversión pública en sí misma y su contribución al crecimiento del sector privado debido a una mayor y mejor infraestructura y al consecuente incremento de la productividad de las inversiones.  

Sin embargo, conversando con empresarios del lugar me dicen que tienen "temor" a crecer y a seguir haciendo empresa porque temen ser víctimas, ellos y sus familias, de extorción y secuestro. Es una lástima que sea peligroso ser emprendedor y que la delincuencia penalice el éxito. Esto obviamente desalienta invertir y el hacer empresa. Incluso, limita el consumo: "quiero comprarme tal camioneta con el producto de mi esfuerzo pero prefiero no hacerlo para no hacer mucha luz y ser víctima de delincuentes que piden cupo", me decía un emprendedor.

Hace mucho tiempo se viene reclamando una mayor acción de la policía para una mayor seguridad ciudadana. Creo que la inseguridad desalienta o al menos desacelera las inversiones, el crecimiento y la creación de empleos.

La inversión en seguridad es muy rentable, no solo por sus efectos económicos sino porque genera un mayor bienestar social. Además, ayuda a eliminar los incentivos perversos de delinquir, más aún cuando los adolescentes y jóvenes ven a delincuentes y/o narcotraficantes "manejar" mucho dinero, y se preguntan "para qué estudiar, para qué hacer empresa si lo ilegal es más rentable". Esta errónea visión de la vida se ha visto apoyada por la impunidad y la ineficiencia que existe en las instituciones del Estado.

Otro tema a mejorar en provincias es la corrupción de las autoridades. Por ejemplo, según los mismos pobladores de Tumbes, gran parte del dinero que maneja la Municipalidad y el Gobierno Regional para invertir en infraestructura, se pierde por culpa de los malos manejos de las autoridades. Imagínense cuantos kilómetros de carretera, hospitales, colegios, postas médicas o infraestructura se han perdido por los altos niveles de corrupción, afectando de esta manera la productividad. La burocracia no solo es ineficiente sino poco honesta y confiable.

Ante lo expuesto, resulta importante que el Estado enfrente estos aspectos a fin de facilitar un mayor crecimiento y empleo en estas ciudades y en el resto del país. Los peruanos merecen una mayor calidad de vida.

En su opinión, ¿cuáles son las medidas que debería tomar el Gobierno para mejorar la seguridad y combatir la corrupción en el interior del país?

Esta entrada contiene un artículo de:

Carlos Aguirre

Profesor del área de Finanzas, Contabilidad y Economía. Maestría en Finanzas, ESAN. Economista. Programas de especialización en Finanzas, en Regulación Económica de las Telecomunicaciones y en Administración Bancaria.

Profesor de la Maestría en Finanzas de ESAN.